martes, 19 de mayo de 2009

Pro Milone


“Pero ya he hablado lo suficiente sobre la causa judicial y, tal vez, hasta demasiado sobre cuestiones externas a la causa ¿qué me queda, sino rogaros y suplicaros, jueces, que concedáis a este hombre valeroso una misericordia que él mismo no os implora, pero que yo, aunque se oponga, os imploro y solicito? Si, en medio del llanto de todos vosotros, no habéis visto una sola lágrima de Milón, si contempláis su rostro siempre imperturbable y su voz y sus palabras firmes e invariables, no por ello seáis con él menos compasivos. Tal vez, incluso, merezca una ayuda mayor; pues, si en los combates de gladiadores y ante la situación y la suerte de unos hombres de condición humana ínfima solemos hasta detestar a los cobardes, a los que imploran y suplican que se les permita vivir, mientras que deseamos que se salven los valientes, los esforzados y los que se lanzan a la muerte con ardor, si somos más compasivos con aquellos que no reclaman nuestra misericordia que con los que no cesan de implorarla, ¡con cuánta más razón debemos actuar así en el caso de ciudadanos valientes!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Marina Martínez Caballero
Eider Burgos Palencia

RESUMEN:
Se trata de un texto judicial en el que Cicerón hace de “abogado” de Milón ante los jueces del tribunal, exponiendo su defensa y rogando la absolución de su acusado.
Cicerón intenta convencer al público de que la muerte no ha sido causada por Milón y expresa de manera clara sus ideas al tribunal y a los jueces y está convencido de que cuenta con el apoyo de todos los ciudadanos.
Cicerón basa su defensa en una emboscada preparada por Clodio, para matar a Milón para quitarse así un obstáculo constante en su vida política y le guardaba gran odio, por lo que su muerte no es motivo de condena. Alega legítima defensa para Milón, ya que de no haberse producido el asesinato, hubiera sufrido una muerte segura a manos de Clodio.
Lo que pide es que no se le juzgue por asesinato, sino averiguar cuál de los dos preparó la emboscada al otro. Justo después cuenta cómo Clodio quiso evitar la carrera política de Milón consiguiendo esbozar lo que sería una conclusión: Milón no pudo ser el que preparó la emboscada porque hubiera arriesgado la vida de su esposa y éste era un hombre de principios, y que volvió tranquilo a Roma porque tenía la conciencia tranquila ya que lo sucedido fue en defensa propia.
Al final del discurso, hace cierto uso de la dramatización para conseguir la absolución de los jueces, y les hace imaginar lo que supondría para él el exilio, dejando atrás todos sus sacrificios y familia, y a Cicerón mismo, ya que el acusado y él son muy buenos amigos desde siempre. Para terminar hace referencia a la creencia que tiene en los tribunales y en la justicia.



Este fragmento corresponde a la tercera parte del discurso: 'confirmatio'

Departamento de Clásicas IES El Palmeral dijo...

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