jueves, 8 de mayo de 2008

Aparece Trimalción

Anduvimos paseando por varias calles, y llegamos a ver a muchos jugadores que formaban un corro. Lo primero que al acercarnos oímos fue a un viejo calvo, vestido con una túnica roja, jugando a la pelota con esclavos jóvenes de cabellera larga y flotante. Nos admiró la belleza de los muchachos, tanto como la facha del vejestorio en chinelas, que jugaba con pelotas verdes. En cuanto una de éstas tocaba el suelo, se declaraba inservible, y cuando hacía falta, un criado que estaba junto a los jugadores con una cesta llena las renovaba. Entre otras cosas, vimos, a ambos extremos del juego a dos eunucos, uno de los cuales llevaba un orinal de plata; el otro contaba las pelotas que caían al suelo. Mientras admirábamos aquella magnificencia se nos acercó Menelao y nos dijo:
-Ese es Trimalción, el que os convida a comer. Esto es el preludio del banquete.
Más iba a añadir, cuando Trimalción hizo castañetear los dedos; al oir la señal se acercó el eunuco que llevaba el orinal, desahogó Trimalción la vejiga, hizo otra señal para que le llevaran agua, se mojó los dedos y se los secó en el pelo del esclavo.

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