martes, 21 de abril de 2009

Prólogo de "El atormentador de sí mismo"


Para que no resulte extraño a ninguno de vosotros el ver al poeta confiar a un anciano el papel propio de gente joven, empezaré por daros una explicación; después os diré a lo que vengo.

Sacada de una comedia griega todavía por traducir, os voy a representar una comedia nueva: el Heautontimorúmenos; la intriga es doble sin que el argumento carezca de unidad''.

Os he indicado que es nueva y cuál es su título. Ahora ¿quién es su autor y quién el del original griego? Os lo diría, si -no estimara que lo sabéis casi todos1.

Os aclararé pues en breves palabras por qué me he encargado de este papel. El autor quiso asignarme el papel de un defensor, no el del Prólogo: os toma a vosotros por jueces, y a mí por su abogado. Pero la elocuencia de este abogado no será eficaz sino en la medida que resulte exacto el pensamiento de quien escribió el discurso que voy a pronunciar.

Con referencia a los rumores que han hecho circular gentes malintencionadas, achacando (al autor) el compilar muchas comedias griegas para componer pocas latinas, él no desmiente que ello sea así, y, además, declara que no está de ello arrepentido y que hará lo propio en adelante. Tiene el ejemplo de buenos escritores y entiende que este ejemplo le autoriza a proceder como ellos procedieron.

Y en cuanto a lo que va pregonando el viejo poeta malintencionado, que nuestro autor, se lanzó repentinamente a cultivar el arte, más confiado en el talento de sus amigos que en la''propia inspiración', en todo esto harán ley vuestro veredicto y vuestra apreciación. Y, por ello, quiero pediros a todos un favor: que no tenga más eficacia la voz de la injusticia que la de la equidad: procurad ser justos; dad la posibilidad de triunfar a quienes os proporcionan la posibilidad de contemplar espectáculos inéditos, sin defectos.

No tome esto por un elogio quien últimamente nos representó al pueblo cediendo el paso ante un esclavo que corría por la calle: ¿por qué se habría de sujetar a un loco? Sobre los fallos de este personaje se insistirá más detenidamente al ofreceros nuevas comedias, si él por su parte no pone fin a sus insultos2.

Oídme con ánimo imparcial; permitidme, con vuestro silencio, representar una comedia sosegada; no siempre os he de representar a un esclavo corriendo, a un viejo enfurecido, a un parásito glotón, a un desvergonzado impostor, a un ávido mercader de esclavos, cuyos papeles exigen constantemente de mis años viejos los mayores gritos y, a la vez, enorme fatiga.

En atención a mi persona, persuadíos que es justo aliviarme algo en mi trabajo. Pues los que actualmente escriben comedias nuevas no tienen consideración alguna para mis años. ¿Se trata de una representación difícil? Se acude a mí; pero si es fácil se acude a otra compañía. En la de hoy no hay más que un puro diálogo: poned a prueba mi habilidad en ambos géneros.

[Si jamás estipulé un precio lucrativo a mi actuación artística, si siempre he tenido por mi principal ganancia contribuir con el mayor afán al servicio de vuestros intereses], dad un ejemplo en mi persona, para que los jóvenes poetas piensen mas en divertiros a vosotros que en labrar la propia fortuna.

No hay comentarios: